La tarde en el Calderón parecía avecinarse tranquila; un Atlético de Madrid en alza, una Real Sociedad con los deberes cumplidos, y altas dosis de ilusión por parte de la afición rojiblanca. Sin Diego pero con Koke el Atleti parecía estar a priori escaso de magia, y así se demostró durante todo el partido.
El conjunto colchonero no supo hacerse dueño del partido en ningún momento y las ocasiones se repartieron para ambos lados en la primera mitad. Solo una Real Sociedad desafortunada en los remates evitó que el equipo local se fuera al descanso por debajo en el marcador.
En la segunda parte la cosa cambió. El Atlético de Madrid salió con más ganas y se vio recompensado con un gol tras un disparo desde fuera del área de Gabi. La cosa parecía encauzarse, pero lejos de ser así, la Real Sociedad siguió bien plantada en el terreno de juego y apenas tuvo problemas para seguir creando ocasiones.
Como no podía ser de otro modo, llegó la hora del árbitro, el cual sacó dos tarjetas amarillas al que había sido el autor del gol, Gabi, mandándole a la caseta y privándole de jugar este fin de semana contra el Málaga. El Atlético de Madrid parecía venirse a menos y los cambios de Simeone no ayudaron a que el equipo saliera hacia delante.
En los minutos finales, tras un par de ocasiones para la Real Sociedad, se sacó un córner, y entre el miedo del Atleti, la indecisión de los defensas, el oportunismo de los jugadores de la Real Sociedad y el mini fallo de Courtois, se fraguó el gol del empate.
Todo parecía sentenciado y el pitido final del árbitro certificó el empate a uno. El Atlético de Madrid necesita ahora un milagro para alcanzar los puestos de Liga de Campeones. Un año más, parece que el Atlético de Madrid pasará por la Liga BBVA con más pena que gloria.
Carlos Tristán González
@Newyorkino10
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